"Quiero vivir del baile", Jorge Vidal (Parte II)

Dejó todo por la danza pero su futuro a partir de entonces no fue fácil. Jorge Vidal, cambió el despacho por las clases de baile pero su camino estuvo lleno de desencuentros.

Pregunta: ¿Cómo continuaste con tu vida tras dejar el trabajo y decidir dedicarte a la danza?

Jorge Vidal: Trabajé mucho en varias escuelas dando clases, salí muy poco y no me dí ningun capricho, nada. Conseguí así suficiente dinero para irme tres meses a Los Ángeles, allí tomé muchas clases y adquirí un poco más de técnica.

P: Pero a la vuelta comenzaron los problemas...

J.V: Estaba trabajando en un gimnasio, el jefe me pagaba muy poco por las clases y no me dejaba llevar a cabo otros proyectos.  Me gusta bailar, pero si quería seguir haciéndolo tenía que, por lo menos, sobrevivir con ello. Así que a mi vuelta de Los Ángeles emprendí un nuevo proyecto junto con Marco, abandonando lo anterior.

P: Así  que fue entonces cuando comenzó vuestro camino en la danza, iniciando un proyecto junto a Marco...

J.V: Marco y yo alquilamos un local lo empezamos a utilizar para dar clases y ensayar, hicimos un gran esfuerzo. El viaje a Los Ángeles fue el detonante que nos hizo decidirnos a abrir nuestra propia escuela; el nombre  InSitu,  y la fama la estabamos consiguiendo, así que nos pusimos a ello. Logramos abrir la escuela el año pasado y así seguimos trabajando.

P: Os embarcasteis en un proyecto difícil, a día de hoy ¿puedes vivir de la danza?

J.V: Es muy difícil, tremendamente difícil y solo para unos cuantos. Es muy duro y muy malo, la gente tiene miedo a que le quiten su puesto. En otros países como Japón la gente "comparte", no tiene miedo de competir sanamente. En cambio aquí, en España según mi experiencia, cuando hay una audición, los bailarines de una compañía no se lo dicen ni a sus amigos y compañeros por miedo que otro sea mejor y se lo quite. En mi grupo también pasa; son chavales muy jóvenes, yo les intento inculcar humildad y respeto por la profesión y en la vida.