6/3/11

"Lo dejé todo para bailar", Jorge Vidal (Parte 1)

No le regalaron unas zapatillas de baile cuando tenía tres años. Con ocho no tuvo su primera actuación y con doce no estaba en el conservatorio. Aunque lo suyo es una vocación tardía, Jorge Vidal es ahora director de una escuela de baile (@InSitu), coreógrafo, bailarín y promotor de un evento internacional de danza urbana.

Pregunta: Jorge, ¿Cuánto tiempo llevas bailando?

Jorge Vidal: Yo llevo bailando, ¿estamos en 2011? Pues en abril hará cuatro años.
P: Y tan solo cuatro años después eres director de una escuela de danza urbana, bailarín y coreógrafo ¿Cómo es esto posible?
J.V: Es algo que siempre he tenido dentro. Mi hermano, cuando yo era pequeño, bailaba break y siempre alucinaba al verle. Desde bien pequeño no me gustaba ni el fútbol ni el baloncesto, era realmente malo. Lo único por lo que me apasioné un tiempo fue el karate, pero  lo dejé por irme con chicas.
A pesar de todo siempre tuve esa vena artística; escribía, componía mi propia música, tocaba mucho la guitarra y el teclado e intentaba cantar, aunque eso ya era otra historia.
Me acerqué al baile en una época que estaba muy estresado; pasaba una mala racha con mi antigua pareja.  Tenía unos amigos que me animaron a participar de un curso de baile, que iban a dar unas profesoras de Barcelona.

P: El baile fue en esos momentos de crísis en tu vida una ayuda...
J.V: Si, hice un curso con éstas dos chicas de Barcelona, coreógrafas; Berta y Clara y flipé muchísimo y dije "quiero bailar". Y así empecé; hice este cursillo y unos amigos me propusieron ir a Los Ángeles a tomar clases y en un ataque de locura decidí irme con ellos. Esto fue en abril del 2007 y pasé allí 23 días. Todavía no tenía ni idea de baile, pero allí aguanté como un campeón.
P: Eso fue en 2007, ¿cómo continuó tu pasión por la danza?
JV: Después estuve dos años compaginando mi trabajo con clases de baile. Solo llevo bailando "en serio" dos años, estuve los otros dos tomándomelo despacio; yendo a clases en un gimnasio, participé en algún cursillo y poco más. Pero aquello era lo que quería, ahorré para sobrevivir un tiempo y decidí dejarlo todo para bailar.
P: Dejarlo todo por el baile, ¿cómo te ganaste la vida entonces?
JV:  Dejé el trabajo y tiré del desempleo para poder vivir. Empecé a trabajar como profesor de baile; daba clases en muchos gimnasios. Me había ido por segunda vez a Los Ángeles y eso interesaba a los que me contrataban. Siendo sincero no era mucho mejor que hacía un par de años, pero había escasez de monitores y de profesores de baile. Llegué a estar en seis escuelas y gimnasios dando clases.

1 comentario: